Rocío Nahle: Gobernar con temple en medio de la tormenta

Por: Luis Ramírez Baqueiro

“El arte de vencer se aprende en las derrotas.” – Simón Bolivar.

 

En un momento geopolítico delicado, donde las tensiones entre México y Estados Unidos vuelven a subir de tono por intereses políticos y electorales, resulta vital reconocer a quienes conducen con firmeza y sensatez el timón de los gobiernos locales frente a la inercia de la desinformación y la estrategia del caos.

La Gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, se ha colocado como una figura de carácter, temple y determinación, en una coyuntura nacional e internacional que no admite improvisaciones.

Desde la presidencia de Claudia Sheinbaum, se ha mostrado una conducción diplomática inteligente frente a la presión mediática y política estadounidense. En los últimos días, medios tradicionales de EE. UU., han lanzado notas con señalamientos infundados, como presuntas suspensiones de visas o congelamiento de cuentas a políticos vinculados a la Cuarta Transformación.

Todo con el fin de generar ruido y erosionar la legitimidad de un gobierno que, para ciertos sectores de poder en el país vecino, representa una amenaza al statu quo. La presidenta ha sido clara: “Estados Unidos no está cómodo con el nuevo México transformador, y todo lo que hagamos será motivo de crítica”.

Este patrón se replica también en lo local. En Veracruz, voces mediáticas nacionales y regionales intentaron aplicar la misma receta: sembrar dudas, sobredimensionar incidentes, y construir narrativas que busquen debilitar la imagen del nuevo gobierno estatal. Pero con lo que no contaban es con el estilo de Nahle: firme, directo, y absolutamente comprometido con su responsabilidad como gobernadora.

En vez de distraerse con los ataques, Rocío Nahle ha respondido con trabajo.

Cuando se solicitó el apoyo de fuerzas de seguridad ante hechos de violencia, llegaron más de mil elementos. Cuando se identificaron necesidades urgentes en infraestructura, activó las coordinaciones para obras y carreteras. En salud, hay presión y colaboración activa con la federación para resolver problemas rezagados. Y en educación, la gobernadora no ha delegado: personalmente escucha y resuelve temas de la educación básica, algo pocas veces visto.

Pero cuando las cosas se hacen bien, no son nota. En cambio, basta una gota de sangre para que algunos pretendan pintar el caos. Así funciona una parte de la prensa: el escándalo vende más que el esfuerzo silencioso.

Aun así, Veracruz no ha cedido al ruido. Hoy se consolida un gobierno estatal que no solo resiste, sino que avanza con visión de largo plazo y compromiso con su gente.

Porque la gobernabilidad no se tuitea, se ejerce con responsabilidad y Nahle ha ido dejando muestra de ello.

 

Al tiempo.

 

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