La palabra “Autismo” proviene del griego “Auto” (uno mismo) e “Ismo”(proceso patológico) lo cual nos permite entender al autismo como un proceso patológico que lleva a las personas a encerrarse hacia sí mismas. El psiquiatra Eugene Bleuler fue la primera persona en utilizar la palabra “Autismo” en el año 1912 para referirse a pacientes con un síntoma de perdida de contacto con el entorno y con tendencia a encerrarse hacia su mundo interior. Hoy en día el Autismo ya no es considerado un síntoma sino un trastorno del espectro, no es un diagnóstico único sino un conjunto de trastornos que tienen en común cierto grado de alteración en tres áreas: déficit de interacción social, problemas de comunicación y un repertorio anormalmente restringido de comportamientos e intereses.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los Trastornos de Espectro  Autista como un “grupo de afectaciones que se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación”. Una persona que vive en el espectro autista, también puede presentar patrones atípicos en actividades y comportamientos, tales como dificultad para pasar de una actividad a otra, híper sensibilidad a la luz, mostrarse irritados antes cambios mínimos, reacciones poco habituales a diferentes estímulos sensoriales, la capacidad de prestar gran atención a los detalles, maneras diferentes de aprender o moverse, por mencionar algunos.

El autismo puede presentarse de formas muy diversas, las principales dificultades o diferencias se encuentran en las dificultades que se pueden tener en la comunicación, la interacción social y la rigidez cognitiva. Dichas destrezas pueden ser un desafío diario para una persona con autismo. Algunos comportamientos sociales que pueden presentar serian el evitar mirar a los ojos a otra persona casi en un 100% cuando se esta interactuando, no mostrar emociones con su lenguaje corporal como no tener expresiones faciales que denoten felicidad, enojo, tristeza o sorpresa; no empatizar con las emociones o intereses de otras personas. En algunas ocasiones sus conductas o intereses pueden parecer algo inusuales, como tener un gusto por algún animal y aprender absolutamente todo sobre esta especie de una  manera que podría parecer obsesiva. El autismo puede presentarse en diferentes grados, en algunas personas que viven en el espectro a veces éste puede ser casi imperceptible y podría parecer que la persona es simplemente tímida y por ello no socializa tanto, en casos mas fuertes incluso la persona con autismo podría llegar a ser incapaz de comunicarse de manera verbal con otros individuos. En casos fuertes de autismo, la persona puede presentar problemas en destrezas del lenguaje y movimiento, conducta hiperactiva, impulsiva o distraída, hábitos de alimentación y sueño inusuales, no tener miedo o tener miedos de manera exagerada.

Como en cada trastorno, los síntomas de éste pueden variar mucho de un paciente a otro. Actualmente, el Autismo se divide en 5 grandes tipos, que son: Autismo, Síndrome de Rett, Síndrome de Asperger, Síndrome de Heller y Trastorno generalizado del desarrollo no especificado. A continuación profundizaremos un poco mas en cada uno de ellos.

El Autismo es un trastorno que generalmente comienza a presentarse durante los primero 3 años de vida, siendo los padres en la mayoría de las ocasiones quienes notan que su hijo se comporta de manera diferente a los demás niños de su edad. Presentando escaza o nula comunicación. Son niños generalmente solitarios y no muestran interés en objetos o en llamar la atención de sus padres.

El Síndrome de Rett es un tipo de autismo que se presenta casi únicamente en niñas y suele tener un carácter regresivo. Esto quiere decir que las personas que lo padecen comienzan a tener un proceso degenerativo y progresivo del sistema nervioso, dicho proceso manifiesta alteraciones en su comunicación cognición y motricidad (tanto fina como gruesa). Todo esto alrededor de los 2 años de edad, estas niñas pudieron haber tenido un desarrollo psicomotor normal hasta antes de este punto.

El Síndrome de Asperger es el tipo de autismo mas difícil y que mas tiempo tarda en ser diagnosticado, debido a que las personas que lo padecen no presentan ningún tipo de discapacidad intelectual ni rasgos físicos (movimientos) que las identifique. El déficit de este tipo de autismo se encuentra en el campo de las habilidades sociales y su comportamiento. Podría parecer que no se encuentran dentro del espectro sin embargo este déficit puede comprometer de manera seria su desarrollo e integración social y laboral; ya que pueden presentar falta de empatía, poca coordinación psicomotriz, no entender ironías o sarcasmo, o tener obsesión con ciertos temas.

El Sídrome de Heller tiende a manifestarse a los 2 años de edad y en algunas ocasiones hasta los 10. Como otros tipos de autismo, también afecta a las áreas del lenguaje, función social y motricidad,  la diferencia reside en su carácter regresivo y repentino, hasta el punto en que la persona que lo padece puede darse cuenta de ello.

Por último, el Trastorno generalizado del desarrollo no especificado es la “etiqueta” que se da en aquellos casos en los que los síntomas clínicos son demasiado heterogéneos como para ser incluido en alguno de los tipos de autismo mencionados anteriormente. En este caso también se presentan trastornos de reciprocidad social, problemas severos de comunicación y la existencia de intereses y actividades peculiares, restringidas y estereotipadas.

Ya hablamos del autismo y sus clasificaciones, ahora ¿cómo debería ser la educación de un niño con autismo? Es muy importante la preparación de los profesores, ya que los niños con autismo precisan de una metodología adaptada y, en algunos casos, de refuerzo escolar. El objetivo de su educación debe ser la mejora de su conocimiento social y sus habilidades comunicativas, así como el que tenga un mayor control de sus comportamientos, que éstos puedan adaptarse de una manera mas sencilla a su entorno. Es sumamente importante el espacio y el ambiente que se tenga en el lugar donde se educa a personas que viven en el espectro, todo debe estar muy bien estructurado y organizado, evitando los cambios bruscos, recordemos que estas personas son muy sensibles a cualquier modificación, por pequeña que ésta sea. Un niño con autismo que recibe desde temprana edad un tratamiento y educación adecuados tiene mayores posibilidades de ser un adulto lo mas funcional posible.

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