La única certeza luego de la votación del pasado domingo 23 de julio es que vienen semanas complicadas, de mucho cabildeo y de mucha actividad política.

Los pongo en antecedente: en el sistema parlamentario español, cualquier partido necesita al menos 176 escaños del Congreso de los Diputados para obtener mayoría y formar gobierno. El domingo 23 se esperaba que el Partido Socialista Obrero Español, liderado por Pedro Sánchez, fuera vencido por el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo, un partido más moderado y conservador.

En realidad, las famosas encuestas aseguraban que la suma de escaños del Partido Popular y de VOX daría la presidencia de gobierno a Alberto Núñez Feijóo, pero no ha sido así. Necesitaban al menos 174 escaños entre los dos y sumar luego 2 más de dos partidos de derecha: Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro. Sin embargo, todo quedó en 169, más los 2, entonces 171, es decir, les han faltado 5 escaños.

Por otro lado, ha llamado la atención la recuperación, en la última recta de la campaña, del Partido Socialista Obrero Español. Se esperaba que perdiera varios escaños respecto a las elecciones anteriores, pero ha conseguido mejorarlos. Claro que ha influido que algunos radicales independentistas catalanes llamaron a su electorado a la abstención, lo que ha hecho que la participación caiga un 11 por ciento en Cataluña, beneficiando al PSOE.

Ahora todo apunta a que el Partido Socialista Obrero Español de Pedro Sánchez puede volver a sumar a todo el arco parlamentario y repetir un bloque favorable de investidura similar a la coalición que tenía hasta ahora.

Es importante señalar que en España es la primera vez que un partido que ha perdido las elecciones forme gobierno. Sin embargo, hasta ahora el PSOE es el único que podría formar grandes alianzas.

En este momento, no hay quien quiera que lo vean cerca del radicalismo de VOX y es muy probable que la idea de que VOX gobernaría junto con el Partido Popular haya sido lo que haya motivado la movilización a votar en contra de este último y a favor del PSOE. VOX suena a algo así como el regreso del Franquismo y nadie quiere eso; las ideas anacrónicas y el radicalismo de VOX es un disparate.

¿Qué nos queda a los mexicanos para 2024? No creernos las encuestas, salir a votar con la cabeza, no con el hígado, y promover la participación ciudadana.

Cosas de la vida y menudencias

Entre el asunto del estallido violento en Tantoyuca, debido al asesinato del Agente Municipal de Cuautla Hidalgo y el plantón de los ambientalistas en Lázaro Cárdenas, que ya involucró a los medios de comunicación, el pobre gobernador está siendo objeto de muchos problemas.

Tan bonito debe ser recibir el voto de más de un millón y medio de personas y, hoy, 24 personas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los jueces federales y quién sabe cuántos más, están dedicados a empañarle la felicidad a don Cuitláhuac. ¡Qué feos modos, caray!

En fin, así las cosas, mis chulos, mientras aquí seguimos estancados en lo mismo, hablemos de España y, viéndonos en ese espejo, empecemos a reflexionar y participar en la próxima elección. 

Nos leemos mañana.

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