@pablojair

LA “OTRA CASA” DE PEPE EN COATEPEC; CUANDO MANDABA A ALICIA A CAMPAÑA

Pepe y Brenda no sólo comparten la lujosa vivienda chiquita de Punta Tiburón. También tienen (o tuvieron) otro nido de amor en Coatepec.

Según allegados, era un “búnker” que utilizaban Pepe y Brenda en un fraccionamiento de medio pelo allá por el rumbo de La Orduña, en el año 2021. Algo parecido al otro lugar en donde fueron tremendamente felices en días más tranquilos: Las Fuentes.

En 2021, Pepe era candidato y todo lo que se necesitara tratar con él debía tratarse primero con “la señorita Brenda” (que así le llamaban a manera de respeto).

Desde ahí, ella autorizaba los pagos, los recorridos, etcétera. Era tanta la influencia de Brenda en la campaña, que si una persona le caía mal, pues ya no pasaba más y era borrada de la agenda.

Brenda, como ya se explicó en una columna anterior, es la pareja sentimental desde hace muchos años de Pepe, no casados, con un par de hijos.

Es una mujer inteligente de la cual Pepe se enamoró perdidamente desde principios de los años 90, pero rechazada por la familia del “varón” por no ser de abolengo.

Sin embargo, lucharon por su amor y llegaron hasta a consolidar su patrimonio propio y familia… aunque fuera de lo “oficial”.

Tampoco es que se escondieron mucho o tuvieran temor al qué dirán: desde que vivían en Las Fuentes todo era conocido. Brenda hasta manejaba la camioneta de Pepe y viajaban juntos constantemente.

Incluso platican algunos cercanos: “La camioneta de ella, como burla, traía un portaplacas que decía ‘Perote'”.

Cercanos a Pepe veían con mucha molestia la manera en que la prodigaba todo a Brenda y, en contraparte, a su esposa Alicia se atrevió a exponerla en la campaña de 2018 (cuando Pepe perdió la gubernatura).

Pero la mandaba al ruedo sin apoyo.

Debe decirse que la señora Alicia, quienes la han tratado, saben que es una fina dama, una gran mujer, una super señora, a quien Pepe pedía irse a campaña sin decirle qué debía hacer o cómo; simplemente la comisionaba y ya, pero ni siquiera con un plan determinado.

No fueron pocas las veces que Doña Alicia entró en crisis y llanto por la presión de no estar acostumbrada a los ritmos intensos de los tiempos electorales y sus eventos constantes.

La enviaba, por ejemplo, a reuniones sin que ella supiera que debía hacer o decir aún sabiendo que jamás había salido a la vida pública.

Para el 2021 –supongo por la amarga experiencia– jamás la llevó al distrito de Coatepec.

Así la doble vida, así la doble moral.

Y luego quiere dar lecciones de ética y gobernanza…